Muchas cosas hemos escuchado decir acerca de lo que significa ser emprendedor en un país como Colombia. El emprendedor es, por lo general, una persona dispuesta a arriesgarse y ser independiente en un entorno lleno de incertidumbre, donde a través de constancia, esfuerzo y acción, logra realizar sus metas y objetivos. 

Uno de los elementos que se vuelven secundarios al momento de empezar a emprender, es la organización de los procesos y obligaciones. Algunos emprendedores generalmente,  optan por tener un contador, solamente para revisar sus impuestos e intentar no tener ningún problema con la DIAN, esta organización reconocida más por el temor que genera, que por la función que le debe corresponder con los emprendedores y empresarios: Informar y educar acerca de las obligaciones en materia tributaria.

Si como emprendedor estás comprometido con iniciar un nuevo proyecto o ya tienes uno en marcha, es importante que desde el primer momento te des la oportunidad de hacer una gestión organizada  que te permita, al momento de crecer y asumir obligaciones, hacerlo sin mayor contratiempo. 

Pero… ¿Cómo hacerlo?

La respuesta la tienes en tu contador, uno de los principales aliados que puedes tener como emprendedor o empresario. Es un actor fundamental para la operación de cualquier negocio, sea este pequeño, grande o se encuentre en sus inicios. 

Desde el primer momento, el contador puede brindar consejos útiles con respecto a cómo llevar la información del negocio de manera organizada, de modo que se pueda entender y controlar la forma como se generan los ingresos y se utilizan para  desarrollar la actividad del negocio. De igual manera, un profesional de la disciplina contable es el principal aliado al momento de declarar impuestos, pues es imperativo hacerlo de una manera responsable y decidida. 

Su contador podrá recomendarle consejos útiles y necesarios para evitar cometer “errores de principiante”, pues en caso que el negocio empiece a crecer, este se verá enfrentado a diversos retos. Uno de estos, en el cual nos detendremos, es el pago de  impuestos. 

Es entendible tener miedo al momento de considerar pagar impuestos, pues nadie quiere que sus ingresos se vean mermados por tener que pagar obligaciones adicionales a las que ya está acostumbrado. Aun así, lo cierto es que toda empresa debe pagar sus impuestos de forma oportuna, y en especial, aquellas que deseen crecer y hacer negocios en grande.  Cuando una empresa se enfrenta a nuevos retos es donde más cerca debe tener a este aliado fundamental al cual se le han confiado las cifras del negocio para hacer una gestión responsable, informada y eficiente. 

Entonces, se debe tener  en cuenta que como emprendedor, una comunicación abierta y cercana con tu contador  te permitirá tomar mejores decisiones: asumir riesgos, aprovechar oportunidades, evitar cometer errores financieros “que pueden costarte mucho dinero”, y hacer que cuando te enfrentes a nuevos retos de negocio, lo hagas en base a información y no al miedo, el cual también puede hacerte perder ventas y costarle mucho a tu negocio. Por tal, tener la asesoría de un buen contador, hará posible que puedas enfocarte en  aumentar tus ingresos, crecer de forma estructurada, y ¡para no olvidar!, pagar impuestos.  

Recuerda, no basta con relegar al contador a reportar la información que se solicita de forma obligatoria, es mejor si  es tu aliado y aporta asesoría de negocio con información en tiempo real. 

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