Emprende y sé como el SALMÓN, nada contra la corriente

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Crear empresa y generar empleo en Colombia es el sueño de muchos, pero alcanzado por muy pocos. Al principio, solemos enfrentarnos a los miedos y obstáculos comunes que nos paralizan y nos impiden iniciar: nuestra idea no es lo suficientemente innovadora, el mercado ya está saturado y nadie nos vas a comprar, no tenemos el dinero ni el capital para arrancar, no sabemos nada de administración, finanzas ni de trámites legales; y así, una serie más de pensamientos saboteadores que ayudan a cultivar nuestro temor a fracasar.

Si tus ganas logran superar tus miedos y decides lanzarte a emprender, ten presente que tan solo estás en el punto de partida de un largo, tedioso, pero también maravilloso camino. Tendrás que ser como el salmón, adaptarte, transformarte e ir sorteando obstáculos mientras vas nadando contra la corriente.

Este ha sido el caso de Melissa y Efraín, una pareja de esposos deportistas que desde hace 6 años apostaron por crear empresa en Tuluá, Valle; con el propósito no solo de apoyar e incentivar a deportistas apasionados, sino de aportar al crecimiento comercial de la región. Juntos fundaron Salmón, una marca de ropa deportiva especializada en ciclismo y atletismo. Iniciaron en un taller improvisado desde la casa de su familia y hoy, cuentan con tiendas en el Centro Comercial Tuluá, en el barrio San Antonio en Buga y buscan expandirse a nivel nacional comercializando sus productos mediante su página.

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Cuando comenzaron, Efraín se desempeñaba como diseñador y a su vez, era un deportista apasionado; y Melissa brindaba talleres de emprendimiento en Comfandi (Caja de Compensación Familiar del Valle del Cauca). Su idea de comercializar productos deportivos surgió cuando en el mercado, Efraín no encontraba artículos y prendas que pudieran cumplir con sus expectativas y necesidades a la hora de entrenar. Es por eso que decide mezclar sus dos pasiones, el diseño y el deporte.

El proceso de crecimiento de Salmón ha estado caracterizado por disciplina, constancia y persistencia; como la filosofía de su marca: “Vamos como el Salmón. Contra la corriente”. Sin tener conocimiento alguno de confección, de textil o sublimación, optaron por comprar un plotter y una sublimadora, máquinas necesarias para poder empezar a personalizar sus propias prendas deportivas. Una vez instaladas en la habitación de Efraín en casa de sus padres, se dispusieron a capacitarse y a aprender, en la mayoría de los casos con prueba y error.

Hasta ese momento, mientras Efraín se encargaba del diseño y producción, Melissa distribuía su tiempo entre los talleres de emprendimiento y las tareas administrativas de Salmón. Pero gracias al crecimiento que empezó a tener la marca como fruto de su esfuerzo, y a la aceptación y confianza de sus primeros clientes en la región, Melissa decidió dar un paso al costado en Comfandi y enfocar su tiempo y energía 100% a Salmón: “me creí el cuento. Decidí hacerlo, sin miedo. Ya había que tirarse al agua, nadar contra la corriente como un Salmón” nos compartió Melissa durante la entrevista.

De ahí en adelante el desarrollo de Salmón fue inevitable. Gracias a sus buenas relaciones dentro de la comunidad de deportistas de la región, los pedidos y ventas fueron en aumento. Tanto, que el taller que habían adaptado en su casa familiar se empezó a quedar pequeño. Incluso, pudieron pasar de tercerizar la confección de materias primas, a montar su propia fábrica de producción junto a un equipo más grande de colaboradores.

“En un inicio era muy difícil encontrar personal para la confección de las prendas, porque es un trabajo que no se valora mucho en la ciudad, lo pagan muy barato o por días. Pero con el tiempo las personas empezaron a creer. Incluso ya nos llegan hojas de vida sin solicitar” nos contó Melissa.

Los colaboradores y su bienestar es una de las prioridades más importantes para Salmón. Inclusive, lo que más disfrutan Melissa y Efraín de ser comerciantes y crear empresa en Colombia, es el apoyo y ayuda que ellos representan para sus colaboradores y sus familias. El trabajo que, como equipo realizan, es parte fundamental del funcionamiento de Salmón y de su sostenimiento, por lo que es preciso que ellos reciban el apoyo necesario y el salario justo. 

La coyuntura de la pandemia


El viaje que realiza el salmón cuesta arriba por el río desde el mar, dirigiéndose de nuevo a las aguas donde nació, mientras va salvando los obstáculos de la ruta y durante la cual no toma ningún alimento sino vive de la reserva de grasa acumulada en su cuerpo, es la analogía perfecta para describir lo que significó la llegada de la pandemia para el equipo de Salmón.

Cuando el comercio se paralizó debido a la pandemia que tuvimos que vivir mundialmente, Efraín y Melissa tomaron la valiente decisión de seguir sosteniendo el salario de sus colaboradores contra todo pronóstico, acudiendo a los ahorros de la empresa. Sabían que debían buscar una solución rápida que pudiera seguir sustentando el negocio, por lo que pensaron en confeccionar tapabocas, que aunque no se dedicaban a su producción, era un artículo que estaba en gran demanda y al final, terminó siendo este el que les ayudó a mantenerse durante varios meses. “Era eso o cerrar. Nos teníamos que adaptar a lo que había en el momento… pues detrás de nosotros venían personas y sus familias” aseguró Melissa.

De esta manera les surge una idea novedosa. Optaron por adaptar uno de sus productos, el cuello/buff multifuncional, con una capa antifluido que repele 100% líquidos y partículas. La misma función que cumple un tapabocas. La acogida que tuvo este producto fue estupenda, las ventas automáticamente se dispararon y los pedidos que empezaron a aumentar ya no eran sólo en la región sino también a nivel nacional. Poco a poco, con las ventas de este producto y gracias a que las medidas de seguridad empezaron a ser más flexibles activando los deportes al aire libre, la situación y el panorama de Salmón empezó a estabilizarse nuevamente.

A raíz de la pandemia también tuvieron que implementar nuevos canales de venta y distribución. Es así cómo el uso constante de las redes sociales se volvió en una tarea obligatori a y también parte de su esfuerzo se enfocó en el desarrollo y mantenimiento de la página web, con la que se están abriendo mercado a nivel nacional.

Pero aunque la pandemia ha sido el reto más grande que como empresarios han tenido que enfrentar, también hay otros aspectos dentro de sus obligaciones como comerciantes que suelen ser difíciles y tediosas. Dos de ellas fueron: la legalización de Salmón como empresa y llevar todo el control financiero y contable. Para resolver la situación contable eligieron el software de Valtia, por recomendación de su contador, para gestionar su facturación de manera segura y administrar su inventario de forma confiable y eficiente.

Valtia adapta sus soluciones y servicios a las necesidades específicas de las pymes, es por eso que algunos de los procesos que Valtia le ofrece a Salmón dejaron de estar estandarizados y se personalizaron para solventar sus problemáticas puntuales. Los beneficios que Efraín y Melissa han obtenido a lo largo de los meses han sido notorios. Han podido identificar qué productos así como procesos son los que les representan un verdadero retorno, permitiéndoles reestructurar sus estrategias para enfocarse en las acciones que les brindan los resultados positivos. Esto les ha ayudado a ahorrar tanto tiempo como costos.

“Valtia nos obligó a organizarnos. Antes no sabíamos cuánto comprábamos, cuánto vendíamos. Incluso hasta perdíamos las facturas. Ahora ya sabemos cuánto compramos en proveedores, cuáles son los productos que más se venden y tenemos control del inventario, cosa que no hacíamos antes. También tenemos soporte de parte de Valtia, siempre están pendientes de explicarnos lo que no sabemos, nos mandan un instructivo y nos brindan constante seguimiento.” Nos compartió Melissa durante la entrevista.


Salmón ha logrado darse a conocer en la región y es un gran ejemplo de determinación a la hora de querer crear empresa en nuestro país. Pues como dice la canción de Andrés Calamaro, a la cuál le deben parte de su nombre: “Siempre seguí la misma dirección. La difícil, la que usa el salmón”. Decidieron tomar el camino difícil, el que va cuesta arriba. Como los deportistas de alto rendimiento que se enfrentan a los desafíos del clima, al frío, la lluvia, a largas distancias, a pendientes y montañas; ellos escogieron emprender, ir como el salmón, nadar contra la corriente

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Escrito por: Kometa Creativa.

IG: kometacreativa

 

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